Para hablar de mí, me faltas tú.

Eres mi sonrisa nº

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Nada es casualidad.



No des un paso al costado si no eres capaz de soportar la derrota, de ver como otros siguen su camino y no se detienen a mirarte. No cedas ante tus pensamientos,  y mucho menos dejes que alguien los modifique, es una de las fuentes por las que debes seguir luchando pero ten en cuenta lo que tu corazón decida.
 Todo sucede por algo, nada es casualidad, y si te pide que no bajes los brazos es porque sabe que podrás ser feliz en el resto del camino... y si te sientes sola, no te atormentes, no mires a tu alrededor, mira hacia adentro,
porque puede que seas tu mejor compañía.

Él es el dueño.




A veces creo que me odia, que intenta torturarme con recuerdos y mil posibilidades, de esas mil novecientas noventa y nueve son malas ¿Por qué nuestro cerebro es tan fuerte, tan malo, tan indeciso?
Y unos centímetros más abajo, mi corazón con sus  latidos que siguen mandando energía hacia mi cuerpo, el que esta tendido sobre unas sabanas blancas sin querer moverse o sin querer esforzarse por sonreír. Pero él es el dueño de esa posibilidad buena que anda dando vueltas allí y que está escondido en un rincón de mis pensamientos.
Todo queda inacabado esta noche.
Pero lloro sin intenciones de hacerlo.

Hola de nuevo.


Hace bastante que no escribo nada, no he sido capaz. He tenido muchas cosas en la cabeza, y no he podido dejar de pensar ni un segundo pero sin embargo y sin saber porqué no saco una conclusión sobre nada.
Noto como poco a poco estoy volviendo a ese pozo. Sé que es algo inevitable, porque siempre termino volviendo.
Ya he escrito  muchas veces sobre este tema, sobre ese cansancio que pase lo que pase y haga lo que haga termina volviendo. Es algo que no puedo controlar, algo que está en mi mente y que últimamente siento hasta en el corazón.
Puede que esta vez sea por tantos momentos no vividos, por promesas que hice que no las cumplí. O sencillamente me toque de nuevo y pasar mi condena una vez más.
A veces, no sé si soy yo realmente,  me dice cuenta de lo que tenía no quería que cambie. De que eso me caracterizaba, y era un punto importante en mí. Veo como ese lado autodestructivo vuelve y con más fuerza y a la vez que sigo quedando cada vez más decaída.
Sé lo que necesito, sé lo que me hace estar bien y lo que me hace sonreír. Sé perfectamente lo que me pasa,  sé que es él, que si no es él no es nadie, que sin él mi sonrisa no existe y sé que es algo incontrolable, el problema está en que los demás; las personas que tengo próximas a mí se niegan a verlo.
Siento estar tan ausente últimamente, empezaré a escribir de nuevo cada día.

Sed felices pedacitos de cielo.