Para hablar de mí, me faltas tú.

Eres mi sonrisa nº

contador de visitas

No hay reglas matemáticas en el amor, ni colores, ni planetas, solo dos personas, dos corazones a ciencia cierta.

No se puede hablar del amor en tercera persona.
No se puede aludir, como si fuera cosa de segundo plano
No se puede evadir, si tus ojos no dejan de mirarme.
Se siente como miles de caballos al galope por el centro del pecho.
El amor, no es cosa sencilla, nos moviliza, nos inquieta, nos impide.
Muchas veces pienso que sería mejor no sentir tanto, pero simplemente pasa, y ahí estamos parados a la deriva, sin saber que mierda hacer.
Cuántas veces renunciamos a lo que realmente queríamos, por miedo a avanzar sin certeza, el amor nos desestabiliza, nos borra de la rutina. Cuántas veces, debimos dar un paso al vacío y dimos uno para atrás. El amor nos hace transparentes y el miedo nos pone una máscara para que nadie se atreva a vulnerar nuestros sueños, para que nadie posea lo mejor de nosotros mismos.
Pero el amor, no nos da opciones, no nos permite elegir. Llega y se instala.
Cuántas veces matamos nuestros sueños, por no hacerle frente al desconcierto…
Cuantas veces callamos, por no creer ser correspondidos…
No se puede burlar las razones que nos entrelazan como cintas de seda en la adversidad.
Elijo quererte, aunque eso implique perder la razón, juntar un par de lágrimas, andar sin dirección, elijo tu amor, tus ganas, tu vida, tu voz.
Te elijo a ti, con todo lo que eres… y el amor es eso, dar… sin saber bien qué hay del otro lado. Quiero saltar al vacío, quiero animarme, quiero tener tu mano como respuesta.
Si estas o no estás, eso ya no corre por mi cuenta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tu reacción: