Para hablar de mí, me faltas tú.

Eres mi sonrisa nº

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Mirar hacia delante y no verla.

Errores, esos pequeños "detalles" que componen nuestra vida. No soy perfecta, ni lo pretendo, me baso en un error tras otro, pero tampoco me preocupa, es lo que hay. Cuando hablamos de errores, instantáneamente se nos viene una cosa a la cabeza: mal; o dos: mal y pasado. Pero ni todos los errores son malos, porque se supone que aprendemos de ellos, ni pasados, porque siempre habrán muchos más en un futuro. Mi error principal se basa en no aprender, o al menos no del todo. Es como tropezar con la misma piedra y creerme eso de que "me la cambiaron de sitio", cuando no es así. A veces tropezamos porque queremos, porque no vemos otra salida que tropezar. No se sabe si porque nos alivia esa sensación justo antes de caernos, o porque no perdemos del todo la certeza de que nos levantaremos tarde o temprano y no caeremos nunca más. Terminamos por cogerle demasiado "cariño" a esa piedra, son tantas las veces que hemos caído con ella, que ya lo que se nos hace duro es mirar hacia delante y no verla. Sí, suena absurdo, pero a veces las piedras son necesarias en el camino, a veces es necesario caerse. Algún día aprenderemos.
Dejaremos de ser un puñado de errores clasificados en los archivos de nuestra memoria.

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