Para hablar de mí, me faltas tú.

Eres mi sonrisa nº

contador de visitas

No quería respuestas ni consejos, solo comprenderme.

Siempre me ha gustado dejar las cosas escritas, era una forma de vaciarme y sentirme tranquila conmigo misma. Cuando no podía contar lo que pensaba o sentía necesitaba dejarlo escrito en algún lugar y de esta forma releerlo y poder algún día entenderme a mí misma. No me hacía falta un diario perfecto, me bastaba con unas hojas en blanco pero no de ese blanco puro y resplandeciente que te evoca al vacío... A mí me gustaba escribir en hojas con vida, dónde ya hubiera algo escrito aun que no fuera mío. En un libro, en un borrador de un dibujo, en una agenda de hace años o en una mini libreta, me era igual el lugar porque lo que necesitaba era sentir que lo que hacía tenía un sentido.



No me hacía falta una caligrafía perfecta ni un material impecable, no buscaba la perfección en el sentido material, sólo necesitaba sentirme tranquila y libre con mi perfecta imperfección.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tu reacción: