Para hablar de mí, me faltas tú.

Eres mi sonrisa nº

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Lo importante es darte cuenta de que cada día es un nuevo principio y un nuevo final.

Porque lo más importante en la vida es el viaje, el trayecto, no el final. El destino nos tiene preparados finales duros, finales que te parten el corazón en mil pedazos, que te destrozan el alma y te dejan tirado en la cuneta. Finales que son el principio de algo y otros que significan que todo acabó. Algunos finales esperados y otros que te pillan por sorpresa, pero lo importante no es eso.
Lo importante es darte cuenta de que cada día es un nuevo principio y un nuevo final, de que los pequeños detalles, las sonrisas encontradizas, los abrazos, los besos, una mirada a una persona desconocida, las palabras... eso es felicidad. 
Y, por muy jodido que sea el final, si has tenido ni siquiera una fracción de segundo en la que has sido realmente feliz, en la que has tocado el cielo con los dedos, en la que te has sentido la persona más afortunada del mundo, habrá valido la pena.
Nunca, jamás te arrepientas de nada que te haya hecho sonreír.

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